El Bosque
El empeño humano y la fuerza de la naturaleza se unieron para crear este bosque lleno de recuerdos.
El Castelo de Sobroso es uno de los rincones más especiales de la provincia de Pontevedra, no solo por el excelente estado de conservación del propio monumento sino también por la belleza de su entorno. Se encuentra ocupando una extensión de 30 hectáreas en el monte Landín, a 334 metros sobre el nivel del mar.
Construido en un lugar muy rocoso destaca históricamente por sus excelentes comunicaciones que le valieron el sobrenombre de "Chave Forte do Antigo Reino de Galiza " - Llave Fuerte del Antiguo Reino de Galicia. Como firme guardián del Valle de O Condado cuenta además con una privilegiada situación que le facilitaba su vigilancia en el medievo. Esta funcionalidad de defensa del territorio deriva en un gran atractivo para los visitantes que, desde sus muros, pueden disfrutar de toda una secuencia de panorámicas e impresionantes vistas.
El norte de la parroquia está bañado por el Río Xabriña, afluente del Tea que desemboca a su vez en el Miño, ya en tierras de Salvaterra. Este curso de aguas dulces y claras provoca, en ocasiones, que una densa niebla envuelva el castillo en magia y misterio.
La diputación de Pontevedra ha hecho un espectacular trabajo de puesta en valor del patrimonio cultural y natural de este singular enclave. Llamado antiguamente “Soveroso” por las sobreiras o alcornoques que existían en el valle, ese bosque sufrió durante décadas por haber sido cubierto de acacias y eucaliptos hasta que la diputación se propuso la renaturalización de la finca.
La eliminación de especies invasoras y la importante labor de reforestación han permitido que el parque recupere su esencia, restaurando las formas y colores familiares de nuestras especies autóctonas. Un proyecto que evoluciona con continuas mejoras y un constante mantenimiento para evitar los posibles rebrotes. El resultado del esfuerzo conjunto es un precioso jardín donde perderse, hacer fotos o simplemente contemplar la belleza de este bosque atlántico.
Para enseñar sus principales recursos se ha diseñado una senda circular de 1 km de distancia. Es ideal para un público familiar que, como un puzle de 7 piezas, desgrana las bases de la simbiosis del bosque a través de paneles tecnológicos.
En la finca no faltan las especies ornamentales que combinan perfectamente con la flora y fauna local, contribuyendo a embellecer un entorno ya de por sí espectacular. Elegantes abetos de Douglas y majestuosos alcanforeros forman parte del paisaje. A su sombra, podrás descubrir auténticas obras de ingeniería artesanal; el hórreo y el palomar nos cuentan también parte de la historia del lugar. Este patrimonio etnográfico, muestra de resistencia e identidad, estaba integrado en la vida cotidiana de los habitantes del castillo.
Como no podía ser de otra manera, “A nosa flor” también está presente en la senda, una joven plantación de camelias nos acompaña en el recorrido y da la nota de color a los inviernos de Sobroso.
Los días de verano es muy sencillo observar numerosas especies de mariposas y reptiles que aprovechan la perfecta orientación de Sobroso para recibir el sol. Incluso si prestamos atención podemos ver alguna ardilla corriendo entre las ramas de castaños y robles. Conservar nuestro patrimonio forestal es otra forma de mantener viva la cultura.